Algunos de los turistas que vienen a China con tours organizados desde España, se quedan con la sensación de no haber visitado la «China real». La China de las montañas con niebla o de los campos de arroz y sombreros de paja trangulares.

Los viajes organizados son la mejor solución para los que vienen a China por primera vez, no hablan idiomas y muestran desconfianza con todo lo que les rodea, es decir, prácticamente el 90% de los visitantes. El mayor pero de estos viajes es que son jornadas maratonianas y al final se reduce al sota, caballo y rey o lo que es lo mismo Pekín, Xian y Shanghai. Algunos tours más largos incluyen Guilin, un as para los amantes del (有山有水) (agua y montañas).

China tiene infinidad de montañas perdidas, la mayoría desconocidas para el turísta. Lo único que se necesita para poder visitarlas es tiempo y un poco de espíritu aventurero. En el este de China, a unos 60 kms al norte de Hangzhou se encuentra Moganshan, la montaña siempre húmeda. Agua, rocas, montañas y bambú. El retiro perfecto para los expatriados con alto nivel de estrés que viven en las provincias cercanas o para los turístas con visados de tres meses.

Para llegar hasta Moganshan en coche desde Hangzhou hace falta un conductor experimentado, es la manera más cara (200 RMB) pero también la más cómoda . Si el presupuesto es limitado y se quiere disfrutar del placer de sentirse chino por un día lo mejor es coger un autobús desde la estación Norte de Hangzhou hasta Wukang y desde el pueblo tomar un taxi hasta la cima (12+ 50 RMB). Independientemente, de cómo se llegue todo el mundo debe abonar los 80 RMB para entrar al recinto.

En Moganshan hay más de 40 sitios dónde dormir. Desde las habitaciones más modestas con una cama y un baño hasta las grandes villas que es posible alquilar con personal de servicio incluído. En cualquiera de las opciones, es importante elegir una cama que no sea excesivamente dura porque conviene descansar bien después de un largo día de aventura.

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